Un deseo de ser más recto
Mis queridos misioneros como se han dado cuenta a medida que pasa el tiempo en la misión, se despierta en nosotros el deseo de vivir de una manera diferente, nuestro entendimiento se amplía y nuestra experiencia nos hace disfrutar más este tiempo, esto que experimentamos es algo similar a lo que debería pasar en el transcurso de nuestra vida terrenal, la misión en un simbolismo de nuestra vida terrenal, es una pequeña vida dentro de la vida y el objetivo es el mismo, ser cada vez mejores que antes, aumentar nuestra fe en Cristo, confiar más en nuestro Padre Celestial y llegar a ser discípulos verdaderos de Cristo. Muchos de ustedes han tenido un despertar de ese deseo de ser mejores y ¿qué es lo que deben hacer?, seguir ese sentimiento, dejar que ese sentimiento los dirija, como dice la escritura: “Deja que tus entrañas se llenen de caridad... deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente...” (DyC 121:45)
Pongan atención al verbo que se utiliza en la escritura “dejar” o permitir, en otras palabras, la escritura nos pide no oponernos a que esas corrientes de bondad nos llenen y dominen nuestros actos. Estoy seguro que esos deseos y sentimientos de ser mejores son parte de nuestra verdadera naturaleza, es nuestra esencia espiritual saliendo de adentro de nosotros intentado dominar la carne. Saber esto nos tiene que ayudar a entender quiénes somos realmente y entender parte de nuestro propósito en esta vida, que es, dejar que esas corrientes de bondad nos muestren el camino correcto a seguir.
El presidente Spencer W. Kimball dijo: “Sé que dondequiera que haya un corazón humilde y sincero, un deseo de ser recto, abandono del pecado y obediencia a los mandamientos de Dios, el Señor derrama más y más luz hasta que finalmente se tiene poder de traspasar el velo celestial... Una persona de esa rectitud tiene la invalorable promesa de que un día verá la faz del Señor y sabrá que Él es.”
Dejemos que todos esos buenos sentimientos y deseos nos dominen, dejemos que esas corrientes de bondad que nos invitan a ser mejores nos dominen, dejemos que el Espíritu Santo nos transforme en verdaderos discípulos de Cristo. Sigamos adelante siempre confiando en el Señor y busquemos cada día tener un deseo de ser más rectos.
A Desire to be More Righteous
My dear missionaries, as you have realized as time goes on in the mission, the desire to live in a different way awakens within us, our understanding expands and our experience makes us enjoy this time more. What we experience is something similar to what should happen in the course of our earthly life. The mission in a symbolism of our earthly life, is a small life within a life and the goal is the same, to be better and better than before, to increase our faith in Christ, trust more in our Heavenly Father and become true disciples of Christ. Many of you have had an awakening of that desire to be better and what should you do? Follow that feeling! Let that feeling direct you, as the scripture says: “Let thy bowels also be full of charity...let virtue garnish thy thoughts unceasingly ... ”(D&C 121: 45)
Pay attention to the verb that is used in the scripture "let" or allow, in other words, the Lord asks us not to oppose these currents of goodness that fill us and dominate our actions. I am sure that those desires and feelings of being better are part of our true nature; it is our spiritual essence coming from within us trying to dominate the flesh. Knowing this helps us understand who we really are and understand part of our purpose in this life; that is, to let these currents of goodness show us the right path to follow.
President Spencer W. Kimball said: “I know that wherever there is a humble and sincere heart, a desire to be righteous, abandonment of sin and obedience to God's commandments, the Lord sheds more and more light until finally there is power of piercing the celestial veil ... A person of that righteousness has the invaluable promise that one day he will see the face of the Lord and know that He is.”
Let all those good feelings and desires dominate us. Let those currents of goodness that invite us to be better dominate us. Let the Holy Spirit transform us into true disciples of Christ. Let us continue always trusting in the Lord and seek every day to have a desire to be more righteous.
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